¿LOS PROBLEMAS DE DINERO SE RESUELVEN CON DINERO O CON UN
CAMBIO DE MENTALIDAD?
Sé que para conseguir algo distinto es
preciso antes ser una persona distinta y hacer cosas diferentes. Cualquier
ámbito de nuestra vida mejora cuando nosotros mejoramos, pero no antes. Siempre
en este mismo orden. El dinero no es ajeno a esa regla. De modo que para que
nuestra economía cambie, antes tendremos que «cambiar» nosotros.
Estos apuntes tratan sobre ese
cambio personal y sobre hacer cosas diferentes.
¡Cuántas veces hemos deseado que
nuestras circunstancias mejoren sin mejorar antes nuestra mentalidad!. La
ley del orden nos enseña que «somos nuestras creencias». Y que no se pueden
forzar las circunstancias externas para convertirlas en lo que uno no es. La
pregunta que cualquiera deberá formularse tarde o temprano es: ¿concuerdan
mis creencias con mis deseos?
Es paradójico pero las personas que
más necesitan cambiar precisamente son las más reacias al cambio, las más
inflexibles. Tal vez piensan que cambiar sus opiniones sea un síntoma de
debilidad. A la vez, se sienten incómodas cuando escuchan que es su propia
inflexibilidad lo que les separa de lo que desean.
En realidad, no creo que existan
problemas, sino soluciones que no gustan. Nuestros problemas, desde luego, no
están en el mundo sino en las percepciones de la mente que lo contempla. Y las
soluciones definitivas a los problemas de dinero requieren desaprender todo
aquello que ha demostrado no funcionar hasta la fecha.
Está dicho que cada vida es un reflejo
de las decisiones, hábitos, elecciones, creencias, emociones y comportamientos
que han conducido justo hasta el momento presente. Y mientras quede alguien que
crea que sus problemas de dinero no tienen nada que ver con su mentalidad y
comportamiento, habrá sufrimiento por asuntos de dinero.
¿Sabias que los problemas económicos
no están causados por el dinero sino por los patrones mentales sobre él? La
economía personal, en condiciones normales, es el reflejo de patrones mentales,
de decisiones y conductas. He concluido que el dinero, en realidad, se hace en
la mente.
Casi todo lo que una persona promedio
sabe sobre el dinero se basa en opiniones condicionadas que ha ido acumulando a
lo largo de su vida. El éxito económico es una clase de programación mental
(cifras con muchos ceros) y el fracaso económico es otra clase de programación
(cifras con pocos ceros). En ambos casos, todo se reduce a la clase de software
o programación instalada en el cerebro: un programa perdedor o uno ganador en
el juego del dinero.
Lo que sigue es una lista de las
mayores mentiras sobre el dinero que he escuchado.
Son mitos sin fundamento,
supersticiones y prejuicios. He comprobado que hay más problemas ocasionados
por «lo que uno sabe y no es cierto» que por lo que no sabe. He aquí algunas
(no todas) de esas creencias irracionales sobre el dinero:
“no me interesa el dinero, no
puedes ser rico y espiritual, para hacerse rico hay que trabajar mucho, pobre
pero honrado, es más noble y espiritual ser pobre, los ricos son gente mala, no
puedes divertirte y ganar dinero, no soy bueno con el dinero, si yo gano es que
alguien pierde, no hay suficiente dinero para todos, el dinero no es
importante, el dinero corrompe, cuanto más ganas más impuestos pagas, el dinero
no da la felicidad, el dinero es sucio... Sólo el hecho de mencionarlo y
escribirlo, me agota. ¿Entiendes ahora por qué hay tantos problemas económicos?
Si te has reconocido en alguna de estas
creencias, no te incomodes, no te culpabilices; en realidad lo importante no es
lo que has creído hasta este día, sino lo que elijas creer de ahora en
adelante. Seamos claros en esto, yo creo que es perfectamente compatible el que
te vayan bien las cosas y hacer un gran bien a los demás.
Las personas, por lo general, no
relacionan sus creencias con el dinero porque les parecen ¡cosas desvinculadas!
Mi deseo es contribuir a la formación
financiera de las personas para aliviar el sufrimiento por motivos económicos.
Este libro también trata sobre el cambio que el mundo está experimentando y que
nos pide una nueva mentalidad porque sé que cuando cambian las reglas del juego
es preciso reajustar el modo de jugarlo. ¿Conoces las reglas de la nueva
economía?
Ahora mismo, existen millones de
personas en todo el mundo —que tienen un sueldo pero no tienen una vida—
suspirando por conquistar la libertad financiera, deseando deshacerse de su
ocupación y crear un nuevo estilo de vida con significado.
Creo que todos necesitamos, ya lo
manifesté en su día, una sacudida, un shock para despertar del sueño que
mantiene a tanta gente atada a un empleo que no aman, que no les hace ni libres
ni ricos. Pero no es mi intención ofender a nadie que lea estas líneas,
ni imponer mis opiniones a las suyas. Por favor, pido que nadie se tome lo que
está a punto de leer como un asunto personal. Por mi parte, me comprometo a
escribir sobre el dinero a las claras y sin rodeos.
Cualquier cosa que desees conseguir llegará
después de un proceso de sustracción, no de adición. No busques la libertad
financiera, mejor deshazte de todas las barreras que has levantado entre tú y
ella. Desarmados los obstáculos nada os separará ya.
Voy a hacerte una confesión.
(Testimonios del Autor RAIMON SAMSÓ libro: El Código del Dinero)
Mis ingresos, en la actualidad, no
provienen de mi educación convencional. Mi actual libertad financiera tampoco
es fruto de mis estudios universitarios. Los años que pasé estudiando
macroeconomía, matemáticas financieras, estadística, econometría, historia
económica o derecho mercantil no me han hecho ganar ni un euro en toda mi vida.
Lástima de tiempo.
Confieso que lo que aprendí
sobre el dinero, y merece la pena saberse, no me lo enseñaron en la universidad
donde me licencié en ciencias económicas—, y tampoco en las tres empresas
multinacionales donde ocupé cargos financieros, o en los tres bancos en los que
trabajé. En realidad, el Código del Dinero lo aprendí creando mi propio sistema
de ingresos múltiples.
Paciencia y disciplina
infinitas son las actitudes más rentables.
La clave, como siempre y en todo, está
en amar y disfrutar del proceso. Si las metas son importantes, el proceso aún
lo es más. El gran regalo de la vida es en quién te conviertes mientras
persigues tus metas. Con el dinero sucede igual, consigues más si no te enfocas
en hacer dinero sino en disfrutar mientras sirves a las personas. Si lo
planteas así, ten por seguro que el dinero llegará sólo.
El secreto para conseguir
dinero no es perseguir el dinero.
Cuando no necesitas dinero de un modo
apremiante es mucho más sencillo crear riqueza. Cuando lo necesitas de
inmediato tus posibilidades se reducen y todo lo que puedes hacer es trabajar
por dinero. Por eso suelo decir que la prosperidad económica no se consigue en
un trabajo sino fuera de él.
La prosperidad es un efecto y su causa
son las creencias sobre el dinero y la educación financiera. Todo aquel que
aprenda cómo activar las causas de la prosperidad, conseguirá inevitablemente
riqueza material. «Dentro de cada vida se hallan las causas de lo que entra en
ella» (F. W. Sears, autor de Cómo atraer el éxito).
Es cierto, el dinero ama a quien ama
el proceso, no a quien ama el resultado. Lo primero es la causa y lo segundo el
efecto. Una estrategia centrada en los efectos es tan absurda como esperar
ganar la lotería sin haber comprado un billete.
El dinero es el efecto
inevitable de activar sus causas. ¿Las conoces?
Deberían enseñarnos de pequeños que
éste no es un mundo de cosas sino de «ideas solidificadas». Que la realidad es
una emanación de la mente. Y todo lo que ocurre en el mundo material antes ha
sido creado en la mente individual o colectiva. «Si lo ves en tu mente lo verás
en la realidad», pero si no puedes crearlo en tu mente no estará en ningún
lugar. Si, «los pensamientos son cosas», repítelo conmigo para no olvidarlo. El
dinero también es una idea, un concepto, así que deberás crearlo antes en la
mente. Puesto que tienes la capacidad de crear pensamientos puedes crear
riqueza.
¿El dinero es una idea? ¡El
dinero es una idea!
Parece un juego de palabras ingenioso
pero no lo es. Es un concepto sólido, casi puede tocarse porque es real. El
dinero es un amplificador de tus creencias, expande aquello que ya está en ti.
Si tu programación proviene de una mentalidad pobre, el dinero escasea; si tu
programación proviene de una mentalidad rica, el dinero abunda.
El dinero revela la idea que tienes
del mismo, ni más ni menos. Permíteme la siguiente metáfora: las personas
llevan incorporado un «termostato mental» que marca el límite máximo sobre el
dinero que se permiten a sí mismas. ¿Qué «temperatura económica» marca tu
termostato? Es fácil averiguarlo: examina tu declaración de renta, tus
extractos bancarios, las cifras de tus ingresos... No te pongas excusas en
esto, son el «termómetro» que señala tu límite interior.
Pensamientos pobres, comportamientos
pobres, resultados pobres. Pensamientos ricos, comportamientos ricos,
resultados ricos.
Algunas personas afirman: «El dinero
no es importante». Estoy de acuerdo y, a la vez, no lo estoy. Tengo argumentos
para ambas tesis: para quienes dicen que sí lo es y para los que dicen que no
lo es.
Para quienes dicen que el
dinero no es importante:
Por lo general, lo afirman personas
que viven con lo justo y hacen ese comentario con un suspiro. Sus creencias se
reflejan en su economía y no disponen de suficiente dinero porque para ellas
«no es importante». Yo me pregunto: ¿cómo podrán conseguir aquello que no
valoran? Porque cuando declaran que algo «no es importante», lo que hacen es
alejarlo de sí mismas.
Tengo unas preguntas para quienes
afirman que el dinero «no es importante»: si no lo es, entonces ¿por qué pasan
40 horas, o más, a la semana en un empleo durante 40 años o más?, y ¿por qué
aceptan una nómina a final de mes? Si no es importante, entonces es que no es necesaria...
¿o sí? ¿Ves como sí es importante? Dos preguntas adicionales para quienes aún
no lo tengan claro. Una: ¿Si mañana dispusieran de cien millones de euros,
harían lo mismo de la misma manera y durante las mismas horas al día? Dos: ¿Si
les quedaran cinco años de vida seguirían haciendo lo mismo?
Para quienes dicen que el
dinero sí es importante:
Por lo general no desean pasarse la
vida trabajando para ganarlo. Dado que no desean estar siempre pendientes del
dinero, resuelven ese tema de una vez por todas. Zanjan esa cuestión cuanto
antes y pasan a disfrutar de la vida. Aprenden las reglas del juego del dinero
y las aplican. Se forman financieramente. Hacen los deberes y no esperan a
última hora para prepararse el examen. Como es un asunto importante para ellos,
lo resuelven pronto y luego se dedican a vivir.
Sir Richard Branson, creador del
imperio Virgin, afirma que todas las personas que se acercan a él le preguntan
cuál es su secreto, cómo gana dinero, pero lo que Branson percibe es que en
realidad lo que la gente quiere saber es cómo ellos pueden ganar dinero, ya
que, según él, todo el mundo quiere ser millonario.
La respuesta que les ofrece es la
siguiente: «Intento pasarlo bien. ¿De qué sirve pasar todo el tiempo trabajando
hasta quedar agotado? La diversión te refresca y es estimulante a nivel
espiritual.
Saber reírse, amar y apreciar a los
demás es de lo que trata la vida». Gracias Mr. Branson por aclararlo. No nos
engañemos, el dinero no es importante para lo que no lo es y es importante para
aquello que sí lo es. (Tomado del Libro: El Codigo del Dinero, Raimon
Samsó)
Declaro
éxito en tu vida!
Alberto
Guzmán
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