martes, 11 de febrero de 2014

LA RESPONSABILIDAD POR NUESTROS ACTOS

El sólo hecho de tu existencia impacta en la vida de los demás.

La Responsabilidad por Nuestros Actos

(Por Carlos de la Rosa Vidal)

Por estas razones la pregunta del billón es: ¿Qué tipo de existencia quieres tener? Porque inevitablemente tu vida y tu tiempo influirán en quienes te rodean. Si un hijo es excelente estudiante convertirá a su familia en una depositaria de orgullo generacional, si por el contrario el miembro de una familia es un narcotraficante, un grosero ladrón de esquina, inevitablemente provocará cambios subalternos en el destino familiar.

Toda vida es un elemento de cambio influyente. Si tienes un conocido que ha destinado su vida a la vagabundez de la vida, sin nada que hacer salvo comer, dormir y bostezar, entonces aquella persona de algún modo, que algunas veces no comprendemos, está influyendo en la vida de algunos más.

El sólo hecho de tu existencia impacta en la vida de los demás. Resulta una idea tan obvia que por ello mismo podemos no advertir una enseñanza tras esta simple afirmación. Buda, ante la soberbia observación de uno de sus discípulos dijo: si ya lo sabías y no has hecho nada estás peor que antes. El sabio de oriente nos revelaba la cruel e inconsciente costumbre del individuo de volverse inmune a la información.

Ya nada te cambia. Tienes una responsabilidad única por este motivo, el de saber impactar positivamente en los demás, en orientar su tiempo. Nada provoca más satisfacción que la de un acto de continuo servicio, al reconocer además que nuestras obras sirvieron aunque sea a una sola persona, que nuestra vida impacta a la de alguien más.

Es responsabilidad nuestra el de influir éticamente y de relacionarnos con bondad. Un pequeño acto de servicio puede ayudar a salvar una vida. La amistad de toda una vida inevitablemente edifica un destino.

Puedo contarte que sólo cuarenta segundos duró la breve conversación con una chica que conocí en el último año de la universidad. Fui en busca de la encargada de un taller para orientarme sobre unos problemas técnicos. En cambio, encontré a una linda jovencita, sentada, algo distraída a la entrada del local. La chica me dio su nombre, luego me despedí. Un pequeño acto e intercambio que cualquiera puede olvidar. Dos años después, volví a encontrarla cuando era practicante de mi profesión.

Nuestra compañía como amigos duró tan sólo seis semanas. Después de ese breve tiempo no volví a verla por años. Sin embargo su amistad influyó enormemente en mi vida, inspirándome altamente a vivir con más fuerza. Fue una de esas amistades inolvidables. De esas amistades que uno dice “como si la conocieras de toda la vida.”

Recuerdo que al final de las breves semanas en su compañía me envío a mi correo electrónico un mensaje: “sé que a un amigo también se le puede decir te amo”, son las palabras más hermosas que jamás nadie me dijo. Su amistad y sus palabras han sido una gran inspiración en mi juventud. Las mejores palabras que me brindaron en esta vida. Gracias, gracias y gracias.

La melodía que acompañaba a la tarjeta postal virtual era la interpretada por Nino Bravo: Un beso y una flor. Volví a escuchar la canción para escribir este texto y proféticamente algunas letras de esta canción nos cuentan que: “Serás como una luz que alumbre mi camino, me voy pero te juro que mañana volveré.”


Tú puedes, con los actos de tu existencia, inspirar la vida de otras personas hasta lo más alto posible. Si puedes hacerlo más conscientemente cada vez tu vida será dichosa, engrandecerás y serás engrandecido por la gratitud de servir a otros. 

Agradece a la vida no sólo por lo que te ofrece, sino por la dicha de tener la libertad para servir. Es hermoso cuando agradeces por la oportunidad de serles útil a los demás.

Declaro éxito en tu vida!
Alberto Guzmán

Si te gustó este aporte, te agradezco por ayudarme  a hacer crecer este blog y pedirte una vez más compartas este articulo en Twitter, Facebook ó google +1.

Por mi parte seguiré aportando el máximo valor que me sea posible. Gracias por tu apoyo incondicional.