Muchas personas de fe se preguntan si está mal ir en pos de la riqueza o
de ciertos tipos de éxito secular. Algunos incluso se sienten culpables de
querer lo que otros no tienen. ¿Y tú? ¿Piensas que Dios quiere que tengas
éxito? Medítalo y responde esta pregunta.Aquí está mi respuesta en forma de pregunta: ¿Quieres que tus hijos sean mediocres? ¡Por supuesto que no! ¡Tú sí quieres que tus hijos tengan éxito! En particular, quieres que tus hijos tengan una relación personal con Jesús, que se casen con la persona correcta y que luchen por su propósito en la vida con excelencia. Ese es un muy buen comienzo, ¿no es cierto?
Truett Cathy, fundador de Chick-fil-A, se refiere a esas tres
grandes prioridades de los padres como Señor, Pareja y Misión. Si guías a tus hijos
a la verdad espiritual, los preparas para elegir a la persona correcta con
quien casarse y los alientas a perseguir y vivir sus sueños, entonces estás
usando tu tiempo inteligentemente. En suma, quieres que tus hijos lleguen a ser
todo aquello para lo que fueron creados. Y eso es exactamente lo que Dios
también quiere para ti.
¿Alientan los padres a que sus
hijos se esfuercen en lograr la mediocridad? ¿Esperas que tu hijo o hija crezca
y consiga un empleo medio, tolere un matrimonio medio y después críe hijos
medios que perpetúen el mismo ciclo en la próxima generación? No creo que Dios
haga nada “medio.” La luz tenue de una vida media es algo que nos imponemos. A veces,
hacemos difíciles aquellas cosas que no deberían serlo. Convertimos lo simple
en complejo y no sólo nos confundimos nosotros sino que también confundimos a
la gente que nos rodea. No te equivoques: Tu Padre celestial quiere que tengas
éxito.
Cinco criterios que te ayudarán a
determinar tu definición personal de éxito
1.- controlable
Haz
que tu definición esté dentro de tu control y que no esté basada en
circunstancias externas o en otra gente.
2.- cuantificable
Haz
que tu definición sea calculable de manera que puedas evaluarla y rendirte
cuentas a ti mismo.
3.-
constante
Formula
tu definición de manera que puedas cumplirla diariamente.
4.- personal
Elige
tu propia definición y no tomes una prestada.
5.-
basada en principios
Establece
tu definición sobre verdades absolutas, no sobre valores subjetivos, oportunos
o circunstanciales.
UN SISTEMA PERFECTO
Dios quiere que alcancemos nuestro potencial y hagamos nuestro aporte al
mundo de una manera tremenda. El éxito, en sentido general, es la manera
en que Dios comparte la abundancia. Él usa tu éxito para bendecir a
otros mientras tú te beneficias. El éxito es un multiplicador, no un
divisor, como los medios de comunicación tienden a representarlo a menudo.
El éxito auténtico se derrama para beneficiar a muchos más, más
allá de la minoría que aceptó el riesgo del fracaso. Cuando se promueve el
éxito individual, la sociedad entera se beneficia. Cuando actúas con integridad, tu éxito no
perjudicará a los demás en lo más mínimo.
Tú y todos los que conoces
pueden llegar a tener éxito sin que nadie sufra daños, adversidad o recesión. ¡Sólo
Dios crea un sistema tan perfecto!







